Favorece el dorado del pan, evita la coloración roja. Asegura la estanqueidad y estabiliza la fermentación en todas las fases del proceso de producción. Garantiza una corteza fina y desmenuzable, una estructura uniforme y un volumen elevado. Aporta suavidad al producto acabado. Recomendado tanto con levadura firme como con congelación.